miércoles, 21 de septiembre de 2011

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"NOTA DE LA AUTORAMuchas veces he escuchado a gente comentar sobre aquella vecina que recibe malos tratos y "hay que ver qué mala vida le ha tocado a la pobre". Siempre me han parecido más importantes los hijos de esas pobres señoras, que viven estas experiencias desde pequeños, que las sienten... sienten el miedo. Ellos sí que no han tenido otra alternativa que soportar cosas que no les tocaban, nadie les ha dado la opción de jugar y jugar y ser felices o jugar y jugar... para después llorar cuando papá llegue bebido a casa. No pretendo ser políticamente correcta ni escribir historias de amor empalagosas (ello no significa que jamás vaya a escribir un relato de amor). Miles de escritores ya se encargan de eso. Me gusta mirar donde nadie quiere mirar, sin ello significar que sea una persona sumamente pesimista, simplemente, son casos que existen, como aquél que se enamora y se casa y vivieron felices y comieron perdices."
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Escuché a mamá decir algo de que papá tenía que estar en el bar. Yo no sabía muy bien qué era eso de estar en un bar, pero como mamá estaba triste y preocupada, decidí quedarme callado. Siempre que mamá decía eso de que papá estaba en el bar, más tarde papá aparecía y cerraba la puerta muy fuerte y chillaba y se oían ruidos y golpes, todo muy rápido. Así que cuando mamá dijo eso y decidí quedarme callado, al rato fui a decirle que me iba a dormir, pero era mentira, en realidad me quedaba sentado en la cama contando ovejitas, cantando muy flojito y dándome pequeños pellizcos para intentar no quedarme dormido.

     Entonces llegó papá, y escuché la puerta, y por el ruido diría que tropezó con algo y que, como siempre que volvía del bar, iba andando muy raro, como cuando yo empiezo a dar muchas vueltas y mamá me dice “no hagas eso que te vas a marear” y decido dejar de dar vueltas y voy andando sin poder mantener el equilibrio. Pues así andaba papá. La verdad es que cuando imaginaba a papá andar así, sentía mucho miedo, porque antes o después vendrían los gritos.

     Escuché cómo papá encendía la luz del salón y gritaba puta y se iba a la habitación muy rápido y cerraba la puerta de su habitación por dentro. Mamá también estaba dentro. Yo salí corriendo de mi habitación e intenté abrir la puerta pero no podía, porque como he dicho, papá cerró la puerta por dentro. “Liberar a mamá”, mi mente me decía una y otra vez que liberara a mamá. Como no podía abrir la puerta me puse a golpear la puerta muy fuerte, y a chillar. Chillaba mucho. Los vecinos empezaron a encender las luces del salón, se asomaron al balcón, y nadie hacía nada mientras yo chillaba muy fuerte y daba golpes en la puerta. A mí esa parte siempre me hacía sentir fatal porque en mi casa no hay cortinas y que me miraran y no hicieran nada… Pero bueno. Mi padre abrió la puerta muy rápido y salió. Yo tenía los ojos muy abiertos por el miedo. Mamá salió llorando. Yo también lloraba y tenía muchos mocos que no me dejaban respirar bien.

     Yo me ponía delante de mamá. Siempre. Porque sabía que así papá no le haría nada porque me podía hacer daño a mí. Eso creía. No me preguntéis por qué.

     Estuvieron mucho rato gritando. Siempre llega una parte en la que me encuentro tan mal que vómito y vómito y me hago caca encima, todo a la vez. Entonces mamá va conmigo al baño y papá nos sigue mientras sigue chillando como un loco y entonces yo de los nervios sigo vomitando y vomitando. Pero ese día no llegué a esa parte porque recuerdo que papá le dijo a mamá “¡hija de puta!” y yo le dije “¡hijo de puta tú!”, y entonces él se enfadó mucho y con la mano muy abierta me dio un golpe en la oreja. Noté un dolor muy intenso pero el miedo no te deja sentir nada. Sólo te confunde más y más. Mamá me abrazó y cuando me separó de ella me miró la oreja. Entonces abrió mucho la boca y se la tapó con las manos. Se puso muy nerviosa. Yo sólo veía su boca abrir y cerrarse constantemente pero no escuchaba nada, así que sentí aún más miedo. Sólo oía un “piiiiii”, como cuando entras a mucha velocidad en un túnel o el avión sube muy alto, pero no oía nada de nada. Papá seguía enfadado y abría y cerraba la boca también. Pero mamá ya no le prestaba atención. Me puso muy rápido la chaqueta, me cogió del brazo y salimos de casa. Yo no entendía nada, pero corría y corría a su lado. Entonces me llevó al hospital y me hicieron muchas cosas y pasó mucho rato y seguía sin escuchar nada y empecé a entender que mi alrededor siempre se iba a mantener en silencio y sólo iba a ver mucho movimiento y bocas abriéndose y cerrarse, pero ya está.

"Hold up
Hold on
Don't be scared
You'll never change what's been and gone
May your smile (may your smile)
Shine on (shine on)
Don't be scared (don't be scared)
Your destiny may keep you warm"
(Mantente firme
Sontente
No tengas miedo
No puedes cambiar lo que ya pasó
Puede tu sonrisa...
brillar...
No tengas miedo
Tu destino te mantendrá calido.)
 
- Stop crying your heart out; Oasis-